Hola amigas. Aquí os traigo una obra recién sacada del horno, como quien dice. Se trata de un banquito de madera con almacenaje pues el asiento es abatible y en su interior dispones de lugar para guardar un poquito de todo. En este caso iba destinado para un rinconcito en el vestidor de la habitación principal y lo más complicado era el intentar igualar o unificar con los tonos del resto del mobiliario.
Ana, la destinataria, que nunca se había acercado a este mundo de las manualidades, cogió el toro por los cuernos y se puso manos a la obra.
Primer paso, preparar las superficies. Un buen lijado para limar asperezas, aunque para ella era la primera vez con la lijadora, el resultado fue efectivo. Podíamos proceder con la primera mano de pintura, de color chocolate oscuro, para que posteriormente con el decapado fuese este el color que apareciera. Este color únicamente lo aplicamos en los bordes o moldura exterior del banco puesto que los cuarterones interiores iban a ser pintados con varias capas de barniz en color sapeli.
El tiempo ayudó bastante en la labor puesto que dado el expléndido día del que disfrutamos , los tiempos de secado se vieron disminuidos a la mínima expresión. Realmente fue una gozada poder trabajar al aire libre en esas condiciones, un relax que recomiendo a todo el mundo.
El siguiente paso consistió en rozar con vela todas aquellas zonas que con posterioridad queríamos que quedasen decapadas. Pintamos encima con pintura blanca, dos manos para que el color quedase bastante uniforme. Dejamos secar mientras nos tomamos un pequeño refrigerio, el café que no falte, por Dios, fuera parte que el suplemento de cafeína nos vino de perlas para la sesión de lijado que nos esperaba a continuación
Este es el aspecto frontal
y este el lateral.
En la siguiente foto vamos a ver el detalle del decapado de cerca
Estarás conmigo, Ana, que mañana las agujetas en los brazos no nos las quita nadie. Su trabajo nos costó.
Por último, el proceso del envejecido: cera y betún de judea. El resultado final....
La verdad que cualquier trabajo, sea de la índole que sea, merece
la pena cuando observas la cara de satisfacción de la persona que
tienes al lado. Ana no me defraudó, se mostró dispuesta y receptiva
desde el primer momento, trabajó y disfrutó de lo lindo.
Satisfecha quedó....y ansiosa por experimentar cosas nuevas...
nuevos proyectos que en un futuro no muy lejano vendrán...quizás
un espejo...quizás marcos de fotos..¿quién sabe? El primer paso ya
está dado..el gusanillo ya está alojado en su cabecita.
¡¡¡Ya sabes que esto crea adicción , Ana, para adelante.Tú puedes!!!
Y recuerda, queremos ver los resultados.
Hasta pronto, ...espero.